Trabajo de hojalata
El trabajo de hojalata está presente en la historia de México a partir de mediados del siglo XVIII e inició como un oficio más asequible que imitaba los trabajos hechos de plata cincelada.
Los hojalateros conservaban latas, pedazos de papel tapiz y espejos con los que creaban minuciosos marcos para las imágenes religiosas; las órdenes católicas más humildes usaban elementos de este material en altares y durante sus procesiones. Posteriormente su elaboración se extendió a juguetes y objetos de uso cotidiano.
El proceso de creación de la hojalata inicia marcando el molde sobre la lámina, después se corta, moldea, decora con punzones para crear altos o bajos relieves, finalmente se suelda y se pinta. Anteriormente se decoraba con anilinas y lacas, ahora algunos artesanos comienzan a usar pintura automotriz y acrílica.