Esta pieza de barro se inspira en el patrón geométrico del caparazón del armadillo, un motivo recurrente en la cerámica mesoamericana. Las bandas distintivas del caparazón, logradas con incisiones geométricas, evocan su flexibilidad y movimiento. Elaborada en colaboración con el maestro artesano Ángel Omar Covarrubias Ramírez, de Colima, esta pieza une técnicas tradicionales de modelado y bruñido con un enfoque contemporáneo.