Dentro de la cultura Mesoamericana, la figura del perro tiene mucha presencia, asume múltiples roles dentro de su idiosincrasia. Los “perros de Colima” reafirman esta historia. Modelados a mano en San Bartolo Coyotepec, su color negro intenso es obtenido al agregar minerales al barro. El acabado brillante es gracias a la técnica milenaria del bruñido que consiste en frotar la superficie con una piedra de rio o con cuarzo.